domingo, 1 de febrero de 2009

Año de nieves, año de bienes


Ante la sabiduría popular no hay más que rendirse. Al menos es lo que nos queda.

Qué bien reconocer el calor a partir del frío en forma de copo, el tacto de una caricia una vez que se ha sentido el agua correr tras deshacerse en la mano. Saber que, a pesar de lo oscuro, siempre puede sorprendernos la luz del blanco; incluso quemarnos desde su gelidez.

Nieve, qué hermosa eres blanca viéndote caer, parar y desaparacerer en un río cristalino.

Qué bella la luz de tu sonrisa, Luz.

1 comentario:

amelie dijo...

Mi niña, hace muuuuuuucho tiempo que no te veo y me doy cuenta de que sigo perdiéndome cosas tuyas. Ayer conocí a Lucía (la niña de Laura), que tiene sólo unos días menos que tú y cuando la vi andando pensé en que todavía no te he visto así. ¡¡¡Qué poca vergüenza este desencuentro nuestro!!!
Te quiero mucho. Da besitos a mami y a papi. Hasta prontito...