martes, 17 de noviembre de 2009

Escuchar, aprender y tocar...

El domingo 8 de noviembre hubo reunión de brujas. Yo estaba un poco pachucha, pero ya me acostumbré a la energía que estas tres mujeres (mami, Carmen y Conchi) desprenden cuando están juntas, así que me animé a acudir a la cita. Fuimos a la feria Biocultura y allí descubrí un apasionante entretenimiento. Unos hombres negros, vestidos con túnicas larguísimas, paseaban por el pabellón aporreando sus tambores africanos. Me encantó, así que me dediqué a perseguirlos por todas partes... Hasta que los perdí...
Y cuando más apasionada (por no decir enfadada) estaba en esa búsqueda de los tambores, mis 'titas brujas', Carmen y Conchi, me hicieron este regalazo: ¡¡¡unos tambores para mí sola!!! Imagino que entendéis mi cara de felicidad, ¿no?

jueves, 23 de julio de 2009

El poder de la sonrisa


Hoy mamá te echa de menos y te busca hasta encontrarte.
Aquí, con esta foto que, entre más de doscientas, destaca con luz propia, la tuya. Al sonreirme, siento que no estás a más de seiscientos kilómetros bañándote en la playa, sino que seguimos congeladas en esa mirada que tomé hace unos días en Las Presillas. Es la magia de la fotografía, el arte que sirve a la nostalgia. El poder de una sonrisa con la que sé que me dices: Soy feliz!. Y al verte, yo también, hija.

domingo, 8 de marzo de 2009

Mi primera piñata

La gente mayor es muy rara. Se reúne un montón de personas a beber y a comer y a fumar y tienen conversaciones, cómo no, de gente mayor. A l@s peques nos dejan un espacio para que podamos corretear y jugar entre nosotr@s. En realidad yo me divierto con cualquier cosa y en la casa de la tía Conchi descubrí todo un mundo de sensaciones: tiene una nevera llena de imanes con los que puedo jugar porque están en la puerta de abajo y, por tanto, a mi altura; además, en su habitación encontré una familia de elefantitos y cuerdas de las que tirar. Me lo pasé pipa...


Pero, sin duda, el mejor momento fue cuando hicieron una piñata. Yo no sabía lo que era, pues en casa de Gael y de Luca lo había visto pero aún era tan pequeña que no pude participar demasiado de la fiesta. Un mayor es el encargado de sujetar una gran caja de cartón de la que cuelgan varias cintas de colores y l@s peques tenemos que tirar de ellas.


Y lo mejor viene ahí: empiezan a caer chuches, golosinas y un montón de juguetitos. Gael y Luca, como son mayores que yo, ya tienen experiencia en esto y sabían qué había que hacer. A mí me pilló un poco desprevenida, pero me encantó la experiencia. Eso sí, para la próxima fiesta, ya estoy sobre aviso jejeje...


domingo, 1 de febrero de 2009

Año de nieves, año de bienes


Ante la sabiduría popular no hay más que rendirse. Al menos es lo que nos queda.

Qué bien reconocer el calor a partir del frío en forma de copo, el tacto de una caricia una vez que se ha sentido el agua correr tras deshacerse en la mano. Saber que, a pesar de lo oscuro, siempre puede sorprendernos la luz del blanco; incluso quemarnos desde su gelidez.

Nieve, qué hermosa eres blanca viéndote caer, parar y desaparacerer en un río cristalino.

Qué bella la luz de tu sonrisa, Luz.