miércoles, 30 de enero de 2008

Nanas para Luz











Hoy hace un mes que me bautizaron. Fue en la costa de la Luz, dentro del malagueño Rincón de la Victoria. Una ceremonia inolvidable, íntima, navideña, luminosa, hermosa, familiar -ya que era el día de la Sagrada Familia- y realmente festiva. De eso de encargó mi tio abuelo Genero, uno de los "Castrillicos" sacerdotes, entregado a su gran pasión: la poesía. Con estas nanas, que nos cantó espontáneamente junto a mi abuela Charo, consiguió dormirme al final de la ceremonia... pero antes no me perdí ni un solo instante de esta celebración en la que yo fuí la indiscutible protagonista.

Por cierto, este rinconcito hoy está dedicado a todas esas personas queridas ausentes que no olvidamos aquel 30 de diciembre y que no pudieron acompañarnos físicamente pero si en espíritu. Un beso enoooooorme.


NANAS PARA LUZ

Cuando LUZ entró en casa,
la flor del día,
con la luz de sus ojos
amanecía.

Sigue luciendo,
LUZ que a este hogar trajiste
la luz del cielo.
Al mirarte tu abuelo
se vuelve chocho,
se emociona y se ríe,
y suelta el moco.

¡Olé, mi niña!:
¿Qué tendrás que a abuelito
lo vuelves lila?

A abuelita y a Alba,
Manuel, Paquita,
a Javier, Pablo y Mari,
Ali, Angelina,

como a Fiona,
a todos tu carita
nos emociona.

Y los otro abuelos,
tíos y primos,
bisabuelita y todos
te lo decimos:

¡Qué guapa eres,
miniatura de rosa
de las mujeres!

Oye cómo te cantan
los pajaritos,
mientras les haces eco
con tus mimitos.

Mi chiquitina,
para que tú te duermas,
mami (papi) te mima.

Cuando ya por la noche
salga la luna,
habrá un ángel del cielo
sobre tu cuna.

Mientras tú duermes,
cuidará de que un ruido
no te despierte.

Dormidita ha quedado,
perla mi niña,
y hasta luz así irradia
también dormida.

Duerme, mi cielo,
para que no despiertes,
yo a ti te velo.

Cuando tu luz nos traiga
otra mañana,
te estaré aquí arrullando
con otra nana.

No te despiertes,
y guarda en tus ojitos
la luz que duerme.

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