Si es que soy muy pequeña todavía... No tengo ni cuatro meses y ya de farra en la casa de la tía Conchi (que ya se sabe cómo son sus fiestas). Me lo pasé muy bien porque conocí a un montón de gente grande y pequeña, me hicieron un montón de mimos, pasé de brazo en brazo y ofrecí un catálogo completo de mis mejores sonrisas. En fin, no es de extrañar que terminase así...
Menos mal que mami eligió un buen lugar de la casa (la cocina naranja, no podía ser de otra forma) para darme luego la cenita. Pasamos mucho tiempo con Noemí y con su niño, Emil (dicen que podemos ser una futura pareja, el niño es guapo desde luego jejeje...), y lo único que me dio pena es ser tan peque que no pude participar en la piñata. Cuando veía a tod@s esos peques después con tanta chuche me dio mucha envidia... pero bueno, el próximo año que se preparen porque ya estaré por ahí batallando jajaja...
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